miércoles, 28 de octubre de 2015

Cae jefe antidrogas de Puno cuando llevaba 23 kilos de cocaína a Bolivia

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La República. Como una plaga. Con la detención del comandante PNP Sandro Salinas Pinto suman 65 los efectivos policiales que supuestamente cumplían misiones contra el narcotráfico en el Altiplano y terminaron vendiéndose a las mafias de la cocaína.
Desde enero de este año, la Oficina de Inteligencia de la Dirección Nacional Antidrogas contaba con información sobre la presunta existencia de una organización de policías en actividad y en retiro que se dedicaba a comercializar cocaína que era decomisada a los narcotraficantes intervenidos en localidades fronterizas de Puno, como Ilave, Huancané, Carabaya, Collao, Desaguadero y Moho. De acuerdo con los datos que manejaban los agentes de inteligencia, la banda era encabezada por el jefe de la Policía Antidrogas de la región Puno, comandante PNP Sandro Salinas Pinto. Pero no lograban conseguir evidencia para incriminar y arrestar al oficial que cumplió cinco años de servicio en la jurisdicción altiplánica: 4 años en Juliaca y un año en Puno.
  

Finalmente, llegó el día en que los agentes de inteligencia antidrogas atraparon al comandante Sandro Salinas Pinto con las manos en la masa.

Después de varios meses de mantener interceptados los teléfonos del comandante Salinas, los agentes identificaron una posible venta de droga en la localidad de Tilali, en la provincia de Moho. Desde Lima se trasladaron hasta Tilali para sorprender al jefe antidrogas de Puno. Los esperaba una gran sorpresa.
Los agentes se desplazaron en cuatro camionetas hasta la zona de Mililaya, en una carretera camino a Tilali, que es la ruta hacia la frontera con Bolivia. A las 3 y 30 de la madrugada del martes, los policías observaron la llegada de dos vehículos de la policía. La información era correcta. Habían dado en el clavo.
La línea blanca
En una camioneta iban el comandante Sandro Salinas y el suboficial Ángel Dueñas Mamani, mientras que en un automóvil viajaban el capitán Juan Chávez  Briones y los suboficiales Santos Peñalba Portugal, Roy Carbajal Villalba y el suboficial en retiro Horacio Canaza Tisnado.

Ni bien el comandante Sandro Salinas divisó en el camino a las cuatro camionetasde los agentes de inteligencia, él y sus compañeros dispararon mientras bruscamente dieron un giro para huir por donde vinieron. El escape no duró demasiado.

Los agentes de inteligencia los persiguieron y consiguieron herir gravemente a uno de los pasajeros, el suboficial en retiro PNP Horacio Canaza Tisnado, por lo que el chofer del automóvil, el suboficial PNP Roy Carbajal Villalba, se detuvo en la carretera.

Al notar que su compañero había desistido de la fuga, el comandante PNP Sandro Salinas hizo detener la camioneta. El equipo de agentes de inteligencia de la Dirandro aprehendió a los policías y comenzó a revisar los vehículos. Encontraron en el automóvil 23 kilos de cocaínapura que iba a ser negociada con las mafias de Bolivia.

La versión que dio el comandante Sandro Salinas a los agentes de inteligencia es que se encontraba en una operación encubierta para atrapar supuestamente a unpoderoso financista boliviano del narcotráfico. Pero Salinas no supo explicar qué hacía en esa zona que era parte de la jurisdicción de la Policía Antidrogas de Juliacay él era jefe del área correspondiente a Puno. Además, tampoco supo demostrar que el operativo contaba con la aprobación de su comando y mucho menos contaba con la documentación respectiva.

El comandante Salinas y sus cómplices desconocían que los agentes de inteligencia los intervinieron después de obtener información de que horas antes habíandecomisado 23 kilos de cocaína en una vivienda en Juliaca.

Luego de robar la droga, de inmediato decidieron transportarla hacia la frontera boliviana donde los esperaba un contacto, a quien se proponían vendérsela. El comandante Salinas pensaba ganar al menos unos 60 mil dólares por la cocaína.
El peso de la coca
El jefe antidroga Sandro Salinas y sus cinco cómplices fueron conducidos a la comisaría de Huancané, donde los detenidos dieron testimonios contradictorios.

Ante la presencia del fiscal provincial especializado en narcotráfico Jaime Gonzales Caballero, los suboficiales Santos Peñalba y Roy Carbajal, a quienes se sumó el suboficial en retiro Horacio Canaza, manifestaron que el comandante Sandro Salinas los convocó para llevar la cocaína a la frontera y que les pagaría por la compañía 2 mil dólares a cada uno.
El capitán Juan Chávez se desempeñaba como director del colegio estatal Santa Rosa, de Juliaca. Y los suboficiales Santos Peñalba y Roy Carbajal laboraban en la División de Investigación Criminal, en Juliaca. 

Todos habían trabajado antes a órdenes del comandante Sandro Salinas cuando este era jefe antidrogas de Juliaca, incluido el suboficial en retiro Horacio Canaza. Justamente, este año Canaza había sido dado de baja como medida disciplinaria por la Inspectoría General de la Policía Nacional.
El suboficial Roy Carbajal afirmó que el comandante Salinas lo convocó para intervenir en un operativo, pero la versión carecía de sustento porque Carbajal estaba asignado a Juliaca, y no en Puno, la jurisdicción que le correspondía a Salinas.
El “arranche”
El origen del operativo que condujo a la ubicación y captura del jefe antidrogas de Puno forma parte de un plan de la Dirección Nacional Antidrogas para descubrir a los oficiales y suboficiales que trabajan para el narcotráfico en Puno.

Las alertas se prendieron cuando el 2 de octubre del 2014 el jefe del Estado Mayor de la Dirección Policial de Puno, comandante PNP Carlos Herrera Sánchez, fue intervenido al detectarse que encabezaba una banda de policías que se dedicaba al "arranche". Esto es, el decomiso de drogas a organizaciones del narcotráfico que operan en Puno y a la reventa de la cocaína a las mafias de Bolivia. Con Herrera fueron apresados cinco suboficiales.

El comandante Carlos Herrera fue descubierto debido a las escuchas telefónicas que la Dirandro aplica con el sistema Constelación y que opera con la cooperación de laAgencia de Lucha Antidrogas de los Estados Unidos (DEA).

Con las escuchas de Constelación, también fue identificado el comandante Sandro Salinas como cabecilla de una mafia de policías que se dedicaba al "arranche".

De acuerdo con fuentes de la Policía Nacional, entre 2012 y lo que va del 2015 han sido intervenidos 225 oficiales y suboficiales relacionados con el narcotráfico. De este total, 65 policías cumplían funciones en la región Puno, incluidos el comandante Sandro Salinas y tres cómplices.

No fueron puestos en evidencia solamente con las escuchas telefónicas, sino también por notorios signos de riqueza, indicaron las fuentes. La frontera de Bolivia a lo largo de la región Puno se ha convertido en un centro de acopio y contrabando de droga que proviene del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). 

Con el crecimiento del flujo de la cocaína hacia territorio boliviano la corrupción de efectivos policiales destacados en el área también ha aumentado considerablemente. Esto explicaría por qué en los últimos años el número de policías corrompidos por el narcotráfico ya no se restringe a los que cumplen misión en el Vraem. Ahora han comenzado a sumarse los de Puno.

Capturados
Roy Carbajal Villalba.
Santos Peñalba Portugal.
Horacio Canaza Tisnado.

En cifra
225 policías detenidos por narcotráfico entre 2012-2015.
65 de los arrestados laboraban en la jurisdicción de Puno.

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