El Rey recuerda que «Latinoamérica debe pedir
perdón por masacrar a miles de conquistadores españoles inocentes»
Felipe VI asegura que «El Día de la Hispanidad es
la fiesta de todos los hispanohablantes, incluídos los «panchitos»»
El Día de la Hispanidad de este año 2015 será ampliamente
recordado por el discurso de Su majestad. Difícil
papeleta la de eclipsar al tradicional desfile de las fuerzas armadas, que una
vez más, ha servido demostrar a los ciudadanos el intimidatorio potencial
militar de la patria: Seis eurofighters, un puñado de valerosas víctimas del
fracaso escolar y una cabra.
A
pesar de ello, el Rey Felipe VI,
reconocido self-made man y emprendedor ejemplar, ha sabido
robar el show y convertirse en el centro de
la festividad. Buena parte de ello la ha tenido el impetuoso discurso que
pronunciado. Rodeado de súbditos y personalidades, el monarca no se ha
intimidado, y ha afirmado que «El Día de la Hispanidad es la fiesta
de todos los hispanohablantes. Y cuando digo todos, me refiero a todos. Tanto a los españoles, como a los
panchitos.»
El
mensaje ha transcurrido en un tono de concordia. Aun así, el clima de mano
tendida no ha sido óbice para que Su Majestad reclamara lo que, según él,
merece la nación española: «Me gustaría recordar a los iberoamericanos
que España todavía está esperando que se disculpen por haber masacrado a miles
de conquistadores inocentes. Si no hubiera sido por Colón yHernán Cortés, los latinoamericanos todavía no
sabrían ni hablar. No digo que tengan que disculparse inmediatamente. Sé que
ahora mismo estarán ocupados, probablemente canibalizando niños o bailando 'el
perreo', pero exigo que cuando acaben, pidan perdón.»
La
nota anecdótica de la celebración ha venido a cargo de la Reina. Doña
Letizia, como siempre acertada en su outfit elegante a la par que
revolucionario, ha sufrido un leve percance. Una suave ventisca la ha elevado
unos pocos metros del suelo, lanzándola fuera del palco de personalidades. El
desfile se ha congelado de pronto. Todos los efectivos disponibles han sido
inmediatamente movilizados y destinados a la búsqueda de la Reina. Por suerte,
los ánimos se han aplacado rápidamente, cuando al cabo de pocos minutos, un
soldado de la infantería ha localizado a Su Majestad sana y salva, colgada de
las ramas de un árbol del Paseo de la Castellana.
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