Cae jefe antidrogas de Puno
cuando llevaba 23 kilos de cocaína a Bolivia
La República. Como una plaga. Con la detención del comandante PNP Sandro Salinas Pinto suman 65 los
efectivos policiales que supuestamente cumplían misiones contra el narcotráfico
en el Altiplano y terminaron vendiéndose a las mafias de la
cocaína.
Desde enero
de este año, la Oficina de Inteligencia de la Dirección Nacional Antidrogas contaba
con información sobre
la presunta existencia de
una organización de policías en
actividad y en retiro que se dedicaba a comercializar cocaína que era decomisada a los narcotraficantes intervenidos en localidades
fronterizas de Puno, como Ilave, Huancané, Carabaya,
Collao, Desaguadero y Moho. De acuerdo con los datos que
manejaban los agentes de inteligencia, la banda era encabezada por
el jefe de la Policía Antidrogas
de la región Puno, comandante PNP
Sandro Salinas Pinto. Pero no lograban conseguir evidencia para incriminar y
arrestar al oficial que cumplió cinco años de servicio en la jurisdicción
altiplánica: 4 años en Juliaca y un año en Puno.
Finalmente, llegó el día en que los agentes de inteligencia antidrogas atraparon
al comandante Sandro Salinas Pinto con
las manos en la masa.
Después de varios meses de mantener interceptados los teléfonos del comandante
Salinas, los agentes identificaron una posible venta de droga en la
localidad de Tilali, en la provincia de Moho. Desde Lima se trasladaron hasta Tilali para sorprender al jefe
antidrogas de Puno. Los esperaba una gran sorpresa.
Los agentes se desplazaron en cuatro camionetas hasta la zona de Mililaya, en
una carretera camino a Tilali, que es la ruta hacia la frontera con Bolivia. A las 3 y 30 de
la madrugada del martes, los policías observaron la llegada de dos vehículos de la policía. La información era
correcta. Habían dado en el clavo.
La línea blanca
En una camioneta iban el comandante Sandro Salinas y el suboficial Ángel Dueñas Mamani,
mientras que en un automóvil viajaban el capitán Juan Chávez Briones y los suboficiales Santos Peñalba Portugal, Roy Carbajal Villalba y el suboficial en retiro Horacio Canaza Tisnado.
Ni bien el comandante Sandro Salinas divisó en el camino a las cuatro camionetasde los agentes de inteligencia, él y sus
compañeros dispararon mientras
bruscamente dieron un giro para
huir por donde vinieron. El escape no duró demasiado.
Los agentes de inteligencia los persiguieron y consiguieron herir gravemente a uno de los
pasajeros, el suboficial en retiro
PNP Horacio Canaza Tisnado, por lo que el chofer del automóvil, el
suboficial PNP Roy Carbajal Villalba, se detuvo en la carretera.
Al notar que su compañero había desistido de la
fuga, el comandante PNP Sandro
Salinas hizo detener la camioneta. El equipo de agentes de inteligencia de la Dirandro aprehendió a los policías y comenzó a revisar los vehículos. Encontraron en el automóvil 23 kilos de cocaínapura que iba a ser
negociada con las mafias de
Bolivia.
La versión que
dio el comandante Sandro Salinas a
los agentes de inteligencia es que se encontraba en una operación encubierta para atrapar
supuestamente a unpoderoso financista
boliviano del narcotráfico. Pero Salinas no supo explicar qué hacía en
esa zona que era parte de la jurisdicción de
la Policía Antidrogas de Juliacay
él era jefe del área correspondiente a Puno. Además, tampoco supo demostrar que
el operativo contaba con la aprobación
de su comando y mucho menos contaba con la documentación respectiva.
El comandante Salinas y sus cómplices desconocían
que los agentes de inteligencia los intervinieron después de obtener información
de que horas antes habíandecomisado 23
kilos de cocaína en una vivienda en Juliaca.
Luego de robar la droga, de inmediato decidieron transportarla hacia la frontera
boliviana donde los esperaba un contacto, a quien se proponían vendérsela. El comandante Salinas pensaba ganar al menos
unos 60 mil dólares por
la cocaína.
El peso de la coca
El jefe antidroga Sandro Salinas y sus cinco cómplices fueron conducidos a la comisaría de Huancané, donde los
detenidos dieron testimonios contradictorios.
Ante la presencia del fiscal provincial especializado en narcotráfico Jaime Gonzales Caballero, los
suboficiales Santos Peñalba y Roy Carbajal, a quienes se sumó el suboficial en
retiro Horacio Canaza, manifestaron que el comandante Sandro Salinas los
convocó para llevar la cocaína a la frontera y que les pagaría por la compañía 2 mil dólares a cada uno.
El capitán Juan Chávez se desempeñaba como director
del colegio estatal Santa Rosa, de Juliaca. Y los suboficiales Santos Peñalba y
Roy Carbajal laboraban en la División de Investigación Criminal, en
Juliaca.
Todos habían trabajado antes a órdenes del
comandante Sandro Salinas cuando este era jefe antidrogas de Juliaca, incluido
el suboficial en retiro Horacio
Canaza. Justamente, este año Canaza había sido dado de baja como medida disciplinaria por la
Inspectoría General de la Policía Nacional.
El suboficial Roy Carbajal afirmó que el comandante
Salinas lo convocó para intervenir en un operativo, pero la versión carecía de
sustento porque Carbajal estaba asignado a Juliaca, y no en Puno, la
jurisdicción que le correspondía a Salinas.
El “arranche”
El origen del operativo que condujo a la ubicación
y captura del jefe antidrogas de Puno forma parte de un plan de la Dirección Nacional Antidrogas para
descubrir a los oficiales y suboficiales que trabajan para el narcotráfico en Puno.
Las alertas se prendieron cuando el 2 de octubre del 2014 el jefe del
Estado Mayor de la Dirección Policial de Puno, comandante PNP Carlos Herrera Sánchez, fue
intervenido al detectarse que encabezaba una banda de policías que se dedicaba
al "arranche". Esto
es, el decomiso de drogas a organizaciones del narcotráfico que operan en Puno
y a la reventa de la cocaína a las
mafias de Bolivia. Con Herrera fueron apresados cinco suboficiales.
El comandante Carlos Herrera fue descubierto debido
a las escuchas telefónicas que
la Dirandro aplica con el sistema Constelación y que opera con
la cooperación de laAgencia de Lucha
Antidrogas de los Estados Unidos (DEA).
Con las escuchas de Constelación, también fue
identificado el comandante Sandro
Salinas como cabecilla
de una mafia de policías que se dedicaba al "arranche".
De acuerdo con fuentes de la Policía Nacional,
entre 2012 y lo que va del 2015 han sido intervenidos 225 oficiales y suboficiales relacionados con el narcotráfico. De este total, 65 policías cumplían funciones en la región Puno, incluidos
el comandante Sandro Salinas y tres cómplices.
No fueron puestos en evidencia solamente con las
escuchas telefónicas, sino también por notorios signos de riqueza, indicaron las fuentes. La frontera
de Bolivia a lo largo de la región Puno se ha convertido en un centro de acopio y contrabando de droga que
proviene del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Con el crecimiento
del flujo de la cocaína hacia territorio boliviano la corrupción de
efectivos policiales destacados en el área también ha aumentado considerablemente. Esto explicaría por qué en los últimos años el número de policías corrompidos por el
narcotráfico ya no se restringe a los que cumplen misión en el
Vraem. Ahora han comenzado a sumarse los de Puno.
Capturados
Roy Carbajal Villalba.
Santos Peñalba Portugal.
Horacio Canaza Tisnado.
En cifra
225 policías detenidos por narcotráfico entre 2012-2015.
65 de los arrestados laboraban en la jurisdicción de
Puno.