Retiran candidatura
de Daniel Urresti y sepultan al
nacionalismo
El
general Urresti no se merecía este final. Tampoco Daniel Abugattás, Ana Jara,
Teófilo Gamarra ni Josué Gutiérrez, quienes se jugaron por entero y por años defendiendo
a su presidenta de tantas acusaciones. Esta es la moneda barata con la que
ahora les pagan.
Controversial
y polémico, Daniel Urresti no necesita que lo defiendan y menos tras conocerse
la manera como acaba de ser retirado de la carrera por la presidencia por
decisión de la cúpula del Partido Nacionalista (por "cúpula"
entiéndase el capricho mondo y lirondo de quien lo reclutó para que se lanzara
a esta empresa, Nadine Heredia), hecho que ni siquiera fue decidido y
coordinado previamente con él.
Así,
el humalismo ha terminado en el más completo ridículo por donde se lo mire:
gritó a los cuatro vientos que sería capaz de defender "su legado" y
por eso postuló a su ministro más popular junto a una lista al Congreso
integrada por sus figuras más representativas de estos cinco años. E incluso
así, fracasó en el intento y sin dar una verdadera pelea a la oposición
política.
Sin
embargo, este fracaso no es responsabilidad única de Urresti, sino de un
"partido político" que nunca fue tal y que actuó como una simple
camarilla supeditada a los designios personales de Ollanta Humala y Nadine
Heredia. Tan mala ha sido la gestión de su aparato partidario liderado desde
2013 por "la presidenta" que Urresti se quejó pública y
reiteradamente durante las últimas semanas de la falta de recursos económicos
elementales para financiar una campaña a nivel nacional.
¿Habrá
sido culpa del aprofujimorismo? ¿O acaso de la "concentración de
medios"? No, qué va. Todo ha sido entera responsabilidad de quienes nunca
se preocuparon por nada ni nadie más allá de Ollanta y Nadine.
Ahora,
ante la pobre perspectiva electoral que aguardaba al oficialismo según todos
los sondeos, Ollanta Humala, Nadine y sus adláteres la expresidenta del
Congreso, Ana María Solórzano, la más visible del grupo optaron por lo más
fácil: dejar en
el aire todas estas candidaturas sin importar la inversión en tiempo y dinero
realizada, y así salvar la inscripción partidaria que les
permitirá (en sus más elaborados sueños de opio) volver a participar en
próximos comicios.
Desastre total, una burla a sus propios
candidatos, desgobierno y traiciones por doquier, desesperación y no hay salida
para la pareja presidencial, se viene una hecatombe política sin
precedentes. Siempre fueron así, por eso se quedaron sin bancada.
Confirmación politico.pe
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